Algo está cambiando en la manera de entender la vida de muchas personas. Las nuevas generaciones ya no quieren vivir en el centro de la ciudad, no les compensa hacerlo porque los precios de la vivienda son excesivamente elevados y, además, tienen que renunciar a muchas comodidades. A cambio, cada vez apuestan más por las afueras donde pueden optar a una vivienda de mayor tamaño e incluso a una casa independiente.
Las nuevas tecnologías permiten cada vez con mayor frecuencia el teletrabajo y aunque sigue sin ser lo habitual en nuestro país, cada vez tiene mayor presencia, sobre todo en empresas jóvenes y emprendedoras que se dan cuenta de las ventajas que esta forma de trabajar tiene no solo para ellas, en cuanto al gasto de local, sino también para sus trabajadores. Gracias al teletrabajo, se puede contar con profesionales independientemente de la zona en la que vivan e incluso del país en el que estén.
Ciudades como Vigo han crecido mucho en los últimos años, pero el precio de las viviendas es cada vez mayor y hace que sea muy complicado que gente joven se independice. Sin embargo, hay pueblos en los alrededores que permiten vivir de una forma más desahogada y tranquila. Para que estos pueblos puedan acoger a la gente que trabaja en Vigo, ya sea a diario o combinando el teletrabajo con el trabajo presencial, las buenas comunicaciones son básicas.
El horario barco vigo cangas es un buen ejemplo de canal de comunicaciones rápido y eficaz para que personas que viven en Cangas puedan acudir a diario a trabajar a la ciudad olívica. Solo tienen que coger el barco y no tendrán que sufrir atascos ni retenciones. Al llegar a Vigo pueden ir a trabajar caminando o en el autobús urbano. Una de las ventajas es que la tarjeta de transporte les sirve tanto para el barco como para el urbano, por lo que pueden sacar el máximo provecho de esta.
Y no solo los trabajadores se benefician de este transporte, también estudiantes que quieren ahorrar más en su vivienda y que pasan el día en Vigo regresando a Cangas para dormir. Allí no solo gozan de un piso más barato, sino también de una mayor tranquilidad, con menos tentaciones que los distraigan de sus tareas de estudio.
Esta forma de vivir, ya frecuente en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, llega ahora al resto de España y viene dispuesta a transformar el modo en el que entendemos nuestra residencia.